sábado, 12 de septiembre de 2009

Identidad, territorio y escalas en la Teoría de Joan Nogué Font y Joan Vicente Rufi


Por Héctor Herrera.Estudiante Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Administrador del blog de análisis internacional: “El águila, el jaguar y la serpiente” (http://nohoch-balam.blogspot.com/). Correo electrónico: blog_relaciones_internacionales@yahoo.com.mx


Cualquiera que sea la definición que usemos para explicar que es la geopolítica nos remitirá irremediablemente al concepto de espacio, el cual resulta un factor que influye directamente en la vida de los Estados, de los individuos y en la formulación de la política en general, y es que el lugar es la base de todas las relaciones sociales, ya que se vuelve el espacio en el cual le damos sentido a nuestro mundo, y al que dotamos de identidad en la medida en la que lo habitamos y transformamos, sin embargo, este lugar no ha permanecido estático en el tiempo, sino que ha venido configurándose constantemente, el antiguo espacio cerrado en que se vivía antes se contrapone a un espacio mucho más abierto en el que “….no es necesario emigrar para recibir la influencia de otros estilos de vida y formas de pensar; los medios de comunicación de masas o el contacto con el otro….comportan una notable influencia cultural”[1].

Los autores introducen el término escala para desarrollar su análisis, según el cual, existe una relación dialéctica entre lo global y lo local, que pasa forzosamente, por una amplia gama de estadios intermedios (escalas), en los que se observan fenómenos específicos y dinámicas territoriales propias, que interactúan con los niveles inferiores y superiores, tenemos así que la primera escala es el cuerpo, es decir, el individuo mismo, para pasar a la siguiente escala que es el hogar, entendido como la familia, y después a la comunidad, y de allí a las primeras escalas territoriales: la ciudad o espacio urbano, la región, el Estado-Nación, y finalmente las fronteras de lo global.

Pero todas las escalas están también en redefinición permanente, lo que ha venido a alterar la forma en la que se estudia la geografía regional, de hecho, “estamos asistiendo a una revalorización del papel del lugar en la explicación de los procesos políticos”[2] en la medida en que ya no responden a las viejas leyes generalizables que eran aplicables a cualquier lugar.

El paisaje mismo es cultura, por eso es algo vivo, dinámico y en continuo cambio, de allí que deba analizarse la diseminación de las urbes, haciendo que se pierdan los límites que antes separaban al campo de la ciudad, como consecuencia del crecimiento urbano y la explosión de la ciudad, como expone Joan Vicente, surgen así nuevos términos para nombrar a todos los tipos de ciudades que se generan, y es que “….todos son testimonio de la naturaleza cambiante de la ciudad, en la medida que es producto de las prácticas espaciales de cada una de ellas en cada momento. Por otra parte, no hay que olvidar que el espacio urbano es el punto de encuentro privilegiado entre las innovaciones en las relaciones sociales –y sus plasmaciones físicas- con los testimonios de tiempos pasados: la ciudad como palimsesto…Así pues, periódicamente, o quizá permanentemente aunque con momentos de especial intensidad, reaparece la necesidad de re-conocer el espacio urbano”[3].

Las sociedades reinventan y redescubren los lugares y paisajes todo el tiempo, ya que tienen que incorporar elementos homogeneizadores de la producción cultural internacional, que nunca son asimilados de la misma forma en los distintos territorios.

Sin embargo, surge otro fenómeno digno de consideración, y es que están proliferando territorios sin discurso y paisajes sin imaginario, puesto que “…nunca habíamos sido capaces de consumir tanto territorio en tan pocos años….nunca habíamos transformado el territorio a la velocidad en que lo hemos hecho estos últimos decenios”[4], territorios que se vuelven complejos de leer, e incluso son invisibles para ciertos grupos sociales, por lo que resulta necesario penetrar en lo invisible a través de lo visible.

Nogué considera, incluso, que la radiografía geopolítica de nuestros días está cambiando radicalmente, sus características esenciales son “la heterogeneidad, el contraste y la simultaneidad de escalas, así como la alternancia entre unos espacios perfectamente delimitados sobre el territorio y otros de carácter más difuso y de límites imprecisos.
Han empezado a reaparecer tierras incógnitas en nuestros mapas…..la geopolítica posmoderna se caracteriza por una caótica coexistencia de espacios absolutamente controlados y de territorios planificados, al lado de nuevas incógnitas que funcionan con una lógica propia..”[5]. Lo que nos habla sobre la emergencia de un periodo de ruptura, donde los viejos conceptos ya no pueden contener tantas contradicciones, llamando con insistencia, cual náufrago en la orilla de una isla desierta, a redefinir nuestro espacio y nuestro tiempo.



[1] Nogué Font, Joan y Vicente Rufi, Joan. Geopolítica, identidad y globalización. Ed. Ariel, Barcelona, España, primera edición, septiembre de 2001, p. 18.
[2] Nogué Font, Joan. “Espacio, lugar, región: hacia una nueva perspectiva geográfica regional”, en Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, No. 9, 1989, pp. 70. Versión electrónica en: Dialnet, http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1318196. 2008.
[3] Vicente Rufi, Joan. “¿Nuevas palabras, nuevas ciudades?”, en Revista de geografía, No. 2, 2003, p. 80. Versión electrónica en: Dialnet, http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=976486. 2008.
[4] Nogué Font, Joan. “Territorios sin discurso, paisajes sin imaginario: retos y dilemas”, en Ería: Revista cuatrimestral de geografía, No. 73-74, 2007, p. 374. Versión electrónica en: Dialnet, http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2585408. 2008.
[5] Nogué Font, Joan. “El retorno al lugar. La creación de identidades territoriales”, en Revista Claves, No. 92, abril de 1999, p. 10. Versión electrónica: http://www.progresa.es/pdf/1999/Claves_092.pdf. 2008.

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